Habitúate a adivinar primero y comprobar después. Primero debes adivinar, luego verificar. De esa manera, con el tiempo y a medida que tu ojo mejore, tu adivinanza se convertirá en conocimiento, y tu verificación, en confirmación.
Al principio es posible que cueste. Pero poco a poco, con la práctica, es la mejor manera de evitar cometer errores a medida que pasa el tiempo. Recuerda esto: hay que adivinar primero y comprobar después para que esa adivinanza se transforme en aprendizaje.